diumenge, 24 de març del 2013

Las pistas de Júlia

Hacía varios meses que mi regla se había normalizado, después de un año de amenorrea. Me habían diagnosticado SOP (Síndrome de Ovarios Poliquísticos) y el papá y yo estábamos esperando para hacernos pruebas de fertilidad.

Llevaba cuatro días de "retraso". Lo pongo entrecomillas porque cuando una tiene unas reglas tan irregulares como las mías, nunca sabe cuándo va a aparecer la menstruación.

Cada mañana, al levantarme, me miraba en el espejo, desnuda y veía unos pechos que no reconocía. Una areola muy marcada, algo oscurecida y los pezones muy sensibles, los pechos hinchados... Estaba mucho más cansada que de costumbre, tenía mucho sueño. Pero sobre todo, me emocionaba en situaciones poco habituales para mí. No suelo ser de lágrima tan fácil.

Hubo una campaña llamada "Mallorca m'agrada". Los pueblos de Mallorca grababan un lipdub, por las calles, con diferentes canciones. No es que fueran especialmente emotivos, más bien son graciosos, divertidos, pero yo acababa llorando a lágrima viva al verlos. Notaba cómo surgía de mi interior una emoción muy intensa, incluso me faltaba el aire.

La pista final que me dijo que algo estaba pasando en mí, fue viendo la tele. En un programa que no recuerdo salió El Koala, haciendo una versión acústica con la guitarra de "Opá yo viazé un corrá". Y me puse a llorar como si me fuera la vida. Sí, lo sé, podéis reíros. Yo también me río cuando lo pienso, pero es que no podía evitarlo...

Además me encanta tener esta historia tan cómica, incluso surrealista, con Júlia. Es parte de mi vida con ella. Llevábamos unas semanas juntas, sin yo saberlo, y gracias a todo ello se hizo evidente su llegada. Pienso si tendrá algo que ver con el sentido del humor que hubiera tenido de haber llegado a vivir...

2 comentaris:

  1. Esther va a ser muy sanador que hagas el diario. Aunque haya pasado tiempo, seguro que recuerdas cosas que se te habían pasado por alto. Yo con el proyecto de "Captura tu duelo" encontré una foto embarazada de Altair que tenía Miguel en su móvil y que no recordábamos. Menuda alegría.

    Un beso linda, qué bonito esto de buscar las pistas de tu hija.

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  2. ¡Gracias, preciosa!

    Esto está siendo como la búsqueda del tesoro. Descubrir fotografías, recordar momentos, olvidados, de tanta felicidad compartida con nuestros hijos.

    ¡Cuántas cosas buenas nos regalaron!

    ¡Besos!

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