dijous, 26 de juliol del 2012

Existieron, luego son

Una de las partes más difíciles del proceso del duelo ha sido ver como mis hijas son tan poco reconocidas socialmente. Para la mayoría de la gente no fueron más que algo que pudo ser y no fue. He llegado a entenderlos, estoy consiguiendo no enfadarme con los comentarios, los gestos... Pero sigo sin poder aceptar que pretendan que yo lo sienta a su manera. 

Me he rendido, no puedo explicar más, no puedo gastar energías en intentar que comprendan. Finalmente sólo pido que me respeten, que me dejen vivirlo de la manera que yo quiera. No pido que me llamen madre, simplemente que me permitan sentirme así, porque lo soy, porque lo fui durante 20 semanas y luego otras 20 más. Esto no es un título que se pone y se quita.

Adoro a mis hijas, no las conocí en vida, no las he criado, pero las he querido como una madre y así las sigo queriendo. No me hace falta compartir mi día a día con ellas para hacerlo. Las quiero por lo que son, lo más importante de mi vida, lo más bonito que he hecho, a pesar del triste final.

Aquí estaba Júlia, de unas 15 semanas. No tengo más recuerdos de ella, los perdí, pero esa es otra historia.


Esta es Aina a las 12 semanas:


¿Véis? Estaban allí, creciendo dentro de mí, hasta que llegó la hora de marcharse, pronto, demasiado pronto. 

Existieron, luego son mis hijas.

2 comentaris:

  1. Ufff!!! No sabes como se me arruga el corazón de pensar en que la gente pretenda minimizar algo tan importante en la existencia de una mujer, como es sentir la vida creciendo dentro. Ya hemos hablado mucho sobre eso, lo mejor es aceptar que vibramos en otra frecuencia diferente a la de ellos.

    Qué gusto conocer a tus hijas, se me salen las lágrimas al verlas... qué linda barriga... qué preciosa nenita. ¿Cómo negar algo tan maravilloso?

    Besos mami, besos florecitas

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  2. Así es, Maira. Nuestras hijas fueron y siguen siendo algo maravilloso.

    Su existencia, durante las semanas que fuera, es un milagro, el milagro de crear vida. Se ha normalizado tanto la capacidad de reproducción que tenemos los seres vivos, que somos incapaces de ver lo mágico que es. Desde el minuto cero una vida va tomando cuerpo... No hay nada más maravilloso que eso.

    Besitos también para ti y para Salomé.

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