dimecres, 6 de febrer del 2013

Los días difíciles

Siempre que escribo aquí intento ser optimista. Prefiero que en aquello que escribo, a pesar del dolor que pueda sentir, se vea ante todo el amor que siento por mis hijas, lo agradecida que estoy por el tiempo compartido con ellas y todo lo aprendido a raíz de su partida.

Pero creo que también debo escribir, al menos de vez en cuando, de la parte más amarga del duelo. Si me decidí a hacer público este blog es porque pensaba que mis palabras podrían ayudar a familias que hubieran pasado por situaciones semejantes a la mía. Por ello es necesario normalizar los momentos más duros que inevitablemente pasamos.

Mañana hace 11 meses que Aina nos dejó, pero algunas veces sigue siendo difícil. Llegan sin avisar, de repente todo se hace cuesta arriba, hasta lo aparentemente sencillo. Una imagen, una palabra, una canción... te remueven por dentro. Conozco bien esta sensación, sé que es  normal que me pase y sé que tengo que hacer cuando llega. Son días de estar tranquila en casa, de refugiarme, de llorar, de permitirme sentir... Esto lo tengo más o menos controlado. 

Pero hace unos días que llegó un bajón de los grandes, de los que hacía tiempo que no tenía. Estaba harta del duelo. De sentir dolor, pena, tristeza... Harta de luchar e intentar encontrar consuelo, suponía un esfuerzo demasiado grande. Tenía ganas de abandonar mi cuerpo y mi mente por un día, unos horas, descansar de esta mujer-madre y volver a la mujer que era hace unos años, cuando me sentía feliz sin necesidad de tener hijos conmigo.

Sé la razón de esto: ahora ya podemos intentar ser padres de nuevo y han llegado todos los miedos. Miedos que aún no había tenido que afrontar cara a cara. Estos no los controlo, no son sensaciones familiares como las otras.

Cuando al final fui capaz de esclarecer de donde provenía mi miedo, vino la tristeza, la pena por mí misma, por esa inocencia perdida, por ese embarazo de cuento de hadas que no voy a poder tener (o puede que sí, amiga). Algo aparentemente sencillo como tomar ácido fólico para mí se convierte en una cuestión de vida o muerte. ¿Lo tomo o no? ¿Qué marca? ¿Qué cantidad? ¿Natural? ¿De la farmacia? ¿En la alimentación?... Es lo habitual, lo toman muchas mujeres pero, ¿y si fuera contraproducente para mí? La cabeza no para con algo tan simple como esto, ¡imagínate con otras cosas! Es realmente complicado.

Pero como me gusta decir a mí, el sol siempre vuelve a salir. Al final siempre llega mi yo optimista que quiere creer que es posible y que ese hij@ llegará, algún día, de alguna manera.

Intentarlo o renunciar, sólo tengo dos opciones. Como dice una buena amiga, mientras nos quede la ilusión podemos seguir intentándolo. Y de ilusión, ¡tengo mucha!

Gracias a mis amigas y compañeras de SUA por haber estado ahí. Si no fuera por ellas, por su apoyo, por su escucha, este camino sería mucho más complicado.

5 comentaris:

  1. Pues como dices, el sol siempre vuelve a salir, y saldrá para tí un día, y me encantará leerlo.
    Un abrazo!

    ResponElimina
  2. ¡Ay Essie! acabo de leerte y cuanto te entiendo! A mi me pasó igual cuando me dijeron que ya podiamos esperar otro bebé, fue una mezcla de sentimientos (tristeza, ilusión...) cuando se suponía que debía ser una buena noticia yo reaccioné con un gran bajón, por eso te entiendo tanto. Pero como podemos comprobar y bien dices, el sol siempre vuelve a salir de entre las nubez. Mucho ánimo porque lo conseguirás, tu bebé arcoiris se quedará con vosotros. Un abrazo fuerte.

    ResponElimina
  3. Mil gracias, preciosas!

    Sí, el sol siempre sale, para mí, para vosotras, para todas... Aunque haya días nublados...

    ¡Lo conseguiremos!

    Un abrazo grande a las dos y muchos besos a nuestros bebés que iluminan el camino.

    ResponElimina
  4. Me encantará leer tu cuento, seguro será de hadas o de sirenas o de cualquier ser mágico que decida venir a disfrutar de unos papis maravillosos en este mundo.

    Besos!!

    ResponElimina
  5. Mágico será, Maira, seguro. Como mágicas fueron y son mis hijas. Una nueva vida siempre tiene algo de mágico, aunque no se queden físicamente.

    Cuánto deseo también leer vuestros cuentos!

    Gracias, guapa!

    Besitos!

    ResponElimina